jueves, 28 de agosto de 2008

Mr. Wrong

Bla bla bla

Así como Carrie Bradshaw conoció a su Mr. Big, Paula La Malvada tuvo a su Mr. Wrong.

Tendría que hablar mal de él. Tendría. Pero no puedo.

Hasta Mr. Wrong todos los hombres eran para mí como un inventario fantástico. Categorías imaginarias. Pero él fue real. Demasiado real.

- El primer beso te lo tuve que dar yo - un día le dije, cuando ya habían pasado unos meses desde que nos conocimos.
- Sí, porque no me apuré. Yo, desde que te vi, sabía lo que iba a pasar.

Él, justo él, que era el tipo más escéptico del mundo, sintió que estábamos predestinados. Esa seguridad con la que se movía a mí me encantó. Encantar en el sentido del encantamiento. Entré en su juego y me dejé seducir, que ya es mucho. Bajó todas mis barreras cuando me miraba con ese brillo en los ojos. Tenía toda la sensación de que estaba presente ante el milagroso Mr. Right. Y caí.

La primera vez que hicimos el amor me llevó en brazos hasta la cama. Miles Davis estaba de fondo. Decía todo lo que tenía que decir. Hacía todo lo que tenía que hacer. Antes de dormir, le buscábamos formas a la madera del techo. Encontrábamos un montón de conejitos.

Para colmo, dios, la pasabamos tan bien. Todos los conceptos de romance y de sexo que tenía anteriormente se me distorsionaron. Confluyeron.

Resulta que cuando se enamora, Paula La Malvada se convierte en Paula El Cordero. Creo que ahí yo perdí el encanto y Mr. Right se convirtió en Mr. Wrong.

Como devinieron los hechos, no sé explicarlo. Los años de noviazgo, supongo. Un día, todo se volvió doloroso, terrible y cotidiano. Dejó de mirarme como me miraba. Me pasaba el azúcar con fastidio. Dejó de leerme en voz alta cuentos antes de dormir. Y no hay nada que duela más a una mujer, no hay traición más grande para ella, que el desamor.

Podés perdonar que te engañen con otra. Hasta podés perdonar que te digan que estás gorda. Podés perdonar todo, menos que te dejen de mirar así.

Finalmente, dos semanas después de decirme que era la mujer de su vida, me dijo que quería separarse. No me vino con el discurso de un tiempo. No me dijo la típica frase: "No sos vos, soy yo". Sino solamente que sabía que tenía que ser así, como cuando nos conocimos. Con esa misma seguridad.

Dicen que olvidar te lleva la mitad de tiempo de lo que dura la relación. Esto sería algo así como que si saliste un año, tu duelo sí o sí será de seis meses. Yo no creo en esas reglas. Yo restaría con algunos, dividiría con otros y multiplicaría con Mr. Wrong.

Supongo que este es el capítulo más cursi de todos los de Sex and the Baires, en este blog. En la última temporada, para que se pongan al tanto, Mr. Wrong pasó mi corazón por una trituradora de papel.



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lunes, 25 de agosto de 2008

El Forrest Gump

Bla bla bla

Hay una clase de hombre con que da para hablar: El Forrest Gump.

Todos nos hemos quedados hipnotizados en la pantalla de nuestra televisión mirando esta película. ¿ O no? Recordamos la frase: “Un estúpido es el que hace cosas estupidas” o “La vida es una caja de chocolates. Nunca sabés lo que te puede tocar”.
Para hablar de esta clase de hombre necesito contarles una historia: La historia de Lucas.

Lucas era un chico que iba al mismo secundario que yo, pero era más grande. Lo conocí porque salía con una amiga mía, pero sabíamos que esa historia no iba a funcionar. En el colegio era de dominio público que Forrest estaba enamorado de Jenny.

Jenny era su mejor amiga, Romina, pero porque a él no le quedaba otra. Era el rol que le tocaba y él lo jugaba para estar cerca de ella.

Jenny se dejaba seducir por los cancheros, los populares, los que tenían la bandita de rock. Pero lo que no sabía Romina era que Lucas, a pesar de su perfil bajo de nerd, era un hombre decidido y constante.

Los años pasaron. Lucas se volvió un tipo codiciado. Se puso más lindo. Se soltó más. Dejaron de burlarse de él. Empieza a conocer una sucesión de mujeres hermosas. Como para disimular. Siempre sigue enamorado de Jenny.

Romina mira todo desde un rincón. Cuando por fin se cansa de rockers, de los que no la tomaban en serio, empezó a redescubrir a Lucas, que siempre estuvo ahí, esperando.

No quiero pensar que ella lo vio como su última opción. Sino que hay momentos de la vida en que una mujer no entiende porque alguien como Lucas pueda quererla así, incondicionalmente.

Romina, por años, siempre se preguntó: “¿Cómo él puede querer tener algo conmigo? Conmigo, que soy un desastre, que mi vida amorosa es una colección de losers y cretinos, que soy indecisa y presumida, que me gusta emborracharte en las fiestas, dormir con extraños”. Romina necesitaba primero enamorarse de ella para después enamorarse de él.

Y por supuesto que esta historia de amor termina bien. Forrest, del que nadie esperaba nada, se hace millonario, conquista a Jenny, tiene un hijo con la mujer de su vida, todo gracias a su paciencia y a su fuerza de voluntad.

Forrest Gump, chicas, es un hombre peligroso. Como Lucas. Es el de los que, haciéndose el boludo, pasan a la historia.

jueves, 21 de agosto de 2008

El Flogger

El amor, los emos y los floggers - 2da.parte

bla bla bla

Sábado a la noche. ¿No salen las mujeres a mostrar sus piernas y los hombres a mirarlas?

En medio del bullicio, ya saben, la atmósfera de sábado, Angy y yo nos tomamos el colectivo.
No nos pudimos sentar juntas. Ella se sentó adelante.
Nos fuimos riendo a los gritos ante la mirada de los espectadores silenciosos. Una parejita discutía impunemente en el anonimato del bondi.
Nosotras hablábamos mal de los hombres. Y a los gritos. Y a los hombres presente les encantaba escucharnos. Se les notaba.
Todo marchaba muy bien hasta que nos robaron el protagonismo. Subieron cinco chicos con melenas y remeras fluors, mientras comían distintas clases de snacks. Angy se me acerca y me pregunta:
- El de la derecha ¿Es mujer?
- No, nena. Es un flogger. –y se me iluminaron los ojos.

Por esas casualidades, la mujer que estaba al lado mío se levantó. Los floggers no se decidían a sentarse, porque les gusta estar en grupo. Solos se sienten perturbados.

El espacio quedó vacío por el largo intervalo de un minuto y medio.

- Boluddooo, andaá vos.

Y el flogger se acercó a mí con cara de perrito mojado.

- Perrrmiso.

Yo corrí las piernas, para que pase. Y el flogger tiró migas de 3D sobre mí.

-Uuu. Perddonaá.

- No, todo bien. – Por dentro lo puteaba.

Empezaron a hablar ellos. No paraban de hablar. Todos en el colectivo los miraban. Y nosotras dos, que quedamos en el medio, escuchábamos atentas.

- La casaa de Nico es por acaaá – dijo el más normalito.
- ¿La casa de Nico?- le pregunté.
- Si, de Nicoo López. ¿Lo tenés?
- Qué casualidad. – le contesté-. Nosotras vamos para ahí.

Y ahí íbamos hacia una fiesta de alguien que no conocíamos, con la adrenalina de que tal vez nos descubrieran. Pero lamentablemente, llegamos y pasamos desapercibidas mezcladas con el malón.

Speed con vodka viene, speed con vodka va, el más normalito se me puso hablar.

- Estoy medio deprimido porque me pelee con mi mamaá-confesó.

Ouchh. – pensé para adentro- Este es un emo que se hace pasar por flogger. Un emo encubierto.

Así que sutilmente me fui hacia el otro extremo de la casa hacia lo que estaba buscando. Y ahí lo conocí.

Nicolás. El dueño de la casa. Qué ojos. Tenía la mejor melena brillosa de todas. Me acerqué a él rápidamente, extasiada. Había un sequito de minitas a su alrededor. Yo reee intentaba hablar como ellos, pero no podía.

Así que dejé de aparentar. Y empecé a hablar como yo. Como Paula, la malvada.

Creo que ahí le llamé la atención. Pero lo tuve que escuchar hablar.

- Mi flog es ree tapp. Pero el de mis amigos noo. Eso que no subo muchas pics. Hoy, a la una, cuando me levanté lo primero que hice fue mirar mis mails. Martín, “effeame”. Diego, “pasate y firmá, no seas rata”. Diego tiene gold- me dijo.

Llegué a la conclusión de que tener gold es como tener abierta la cuenta bancaria de la popularidad.

Mientras hablaba con Nico, pasó algo que no esperaba. Miro mi celular. Tres llamadas perdidas. De golpe empieza a sonar. Número desconocido. Atiendo.

- Hola.
- Pau, soy Pablo- Me voy a un costado para hablar mejor.
- ¿Qué hacés? Hablá un poquito más fuerte que no te escucho bien. Estoy en una fiesta.
- ¿En una fiesta? ¿No me dijiste que hoy no salías? ¿Puedo ir?
- Eh… yo… eh. No sé.
- Está bien, dejá. Estás con otro – me dijo, mientras la voz se le quebraba.
- No. Estoy con Angy. Yo…. ¿Pablo?

Tu tu tu

...

- ¿Vos tenés flog?
- No. Tengo un blog.
- ¿Un blog? … Fuchi.

...

Creo que desde el primer momento me di cuenta que, con vestido y todo, en ese jueguito con Nico, a los pantalones los llevaba yo.

- ¿Por qué vos no usás chupines? – me preguntó, con esos ojos tan grandes y hermosos.
- Porque me gusta mostrar las piernas- le dije y le robé un beso yo, como se tiene que hacer.

Cansada de intercambiar diálogos sin sentido, y de escuchar Arre, cada dos segundos, le pregunté si quería venir a mi casa. Me gustaba sólo por su pelo. Nada más.

- ¿Tu casa? – pensó unos minutos - Te doy mi mail si querés. – Y tuvo el descaro de volver con sus Nike hacia su sequito de minitas florescentes. Y se sacaron toda la noche fotos con la camarita digital.

Siempre pasa lo mismo: Un pibe dulce te hace todo el trabajo del romanticismo, hasta te regala un chocolate, pero se va.

Viene un narcisista y vos estás ahí.

Servida y con moñito.

Angy se fue con el emo encubierto. Y yo me volví a casa. Sola.

Y este fue el trabajo de Paula como corresponsal en la arena de las tribus urbanas, en una ciudad donde el amor existe, pero el sexo no.

lunes, 18 de agosto de 2008

El Emo

El amor, los emos y los floggers

Entrega Especial

Últimamente, a Paula le inquietaba el tema de las tribus urbanas. Así que este fin de semana, se puso al día con videos de Capusoto y de otra índole. Pero quería saber más. Siempre quiere saber más. Finalmente, se calzó su vestido negro todo terreno, y se fue a explorar como corresponsal.

¿Qué es eso de los Emos y los Floggers? Pero sobretodo se preguntaba ¿Qué es eso del Amor?

Bla bla bla


El Viernes a la noche, Angy, mi mejor amiga, me pasó a buscar. Yo le conté acerca de mi determinación de ir a la arena periodística para sondear perfiles nuevos de hombres desconocidos. Angy, que siempre me insiste para que salga, me llevo de los pelos a un boliche ruidoso y lleno de humo. He aquí lo que aprendí de los hombres el día Viernes.

El término Emo viene del latín emoción. No fue difícil en medio del boliche determinar mi objetivo. Un chico dulce, adormecido en un rincón, con los ojos delineados. Vestido de negro, con una mochila que tenía en su bolsillo delantero una calavera. Y me acerqué a él, con mi sonrisa más naif , y automáticamente nos pusimos a hablar.

“Yo no soy emo”, él me decía, mientras me contaba que estaba deprimido, que su única pasión eran la música y los comics, que se pasaba horas en su cuarto dibujando. Su profundo malestar era que no encontraba su lugar en el mundo. ¿Pero quién lo hace? Yo igual asentía, hablaba un poco de mí, y seguía escuchando sus descargas emocionales.

Pablo, Emo´s name, fue todo un caballero. Me invitó a la barra para que me pidiera lo que yo quisiera. Yo me pedí un drink y me fui con Angy a dar una vuelta en busca del Flogger que jamás conocí. Primera conclusión de la noche: los Emos y los Floggers no van a los mismos lugares. Lo que me llevó de retorno a Pablo.

Pablo me llevo a un rincón semioscuro y me preguntó algo que hace siglos no me preguntaban: ¿Te puedo dar un beso?, me dijo. (Hombres, anoten esto, el 100 por ciento de las mujeres odian esas preguntas: Un beso no se pide, se roba.) Yo asentí, porque me dio un poco de ternura, y Pablo me besó en medio de una canción de Elliott Smith.

Seguimos charlando. En un momento me dice:
-¿Querés probar md?

Y yo, que tengo la responsabilidad de actualizar mi blog, le dije:

- Bueno.
- ¿Sabés lo qué es?
-No.
- ¿Y te animás a probar algo que no conocés con un desconocido?.
- Si.
- Sos cautivante. - me dijo, con su mejor mirada delineada.

Segunda conclusión de la noche: Chicas, cosas así conquistan a los Emos, pero alejarían a un estudiante de derecho. Lo que es muy lógico.

Después de probar esa cosa asquerosa con efectos parecidos al éxtasis, terminamos acurrucados. Abrazándonos. Haciéndonos mimitos. Todo muy idílico. Y disfrutando mucho de los besos.

Salimos de ahí. Insiste desesperadamente en ir a mi casa.

- Pero no va a pasar nada. Te ponés el piyama y yo sólo te hago mimos. Porque este estado es tan lindo. - me dijo.

Y me convenció.

Vinimos a mi casa. Dormimos abrazados sin que pasara nada. Ni siquiera insistió. Yo totalmente sorprendida.

Al día siguiente Pablo me regala un marroc y se va. Y es así como termina la historia con el Emo, con el que nunca podré delucidar si lo que nos unía era the chemical drug del amor. O otra cosa, distinta.

Sin embargo, mi trabajo como corresponsal no terminó acá. El sábado, me volví a poner el vestido negro todo terreno, y Angie me volvió a pasar a buscar. Esta vez iría en busca del Flogger que jamás conocí.


(Continuará).

viernes, 15 de agosto de 2008

EL QUE NO SABES SI ES GAY

Los confundidos y los que nos confunden
bla bla bla

Por siglos y siglos las mujeres se preguntan cuál es el método para delucidar si el hombre dulce, sensible y cariñoso, dotado de buen gusto, que encima es una suerte de Brad Pitt encubierto, y que tuvieron la fortuna de conocer en una feria de diseño, es gay o no.

He aquí la respuesta que estuvieron buscando por años. ¿Cómo diferenciar al impostor del reprimido?

Si bien es cierto que la homosexualidad es el argumento más usado para contrarrestar el rechazo de un hombre, no todos los hombres que nos rechazan son gays, así como no todos los que nos acosan son heterosexuales. Este pensamiento es aterrador. Lo sé. Hace poco, y casi al unísono, Diego y Tomás, dos compañeros de la secundaria, me agregaron al facebook, y me acordé de esta historia.

Los dos eran excelentes conocedores del mundo de las mujeres. Tomás, hijo único de madre divorciada. Diego, único varón, rodeado de tres hermanas. Tipos sensibles. No temían llorar durante una película, con excelente gusto para vestirse, y sus objetos eran objetos de culto. Una vez encontré bajo el banco de Diego un libro usado de Jane Austen. Tomás escribía poemas que escondía de los varones.

Diego y Tomás eran como dos Apolos adolescentes. Altos, con espaldas erguidas. No perdían oportunidad para sacarse la remera en el campo de deportes y pasearse con sus torsos desnudos. Eran lindos y lo sabían. Y todas nos moríamos por ellos.

Con Diego nos sentábamos juntos y nos llevábamos increíblemente bien. Tan bien nos llevábamos que yo terminé a sus pies, pero él no me miraba, ni a mí, ni a ninguna. Ni siquiera a la más linda del colegio: Vale.

Diego y Vale fueron novios dos semanas, pero las malas lenguas decían que ella lo dejó porque él ni siquiera le dio un beso. Y de ahí en más todas lo perdonamos a Diego por su rechazo. Estábamos seguras de que era gay y lo adoptamos. Escuchábamos Madonna juntos, comentábamos nuestras citas, nos depilábamos las cejas adelante de él, cantábamos "the girls just want to have fun".

Tomás, en cambio, con su perfil de chico sensible se habilitaba el acceso al reino femenino. No perdía oportunidad para cambiar de novia. Con un poema ya ganaba una chica nueva. Iba con cinismo regalando poemas. Empezaba como amigo pero siempre quería más. Aún así siempre estábamos con la duda. ¿Vieron como baila? ¿Será gay o no? Y yo también tenía la duda, hasta que una vez, en un boliche, me arrinconó bajo el hueco de unas escaleras y me dio un beso. Diego nos vio y se puso a llorar. Todas pensamos que Diego estaba enamorado de Tomás. Incluso Tomás.

Años después, por cosas del azar, sólo sé dos cosas de Diego y Tomás. Diego trabaja como creativo en una agencia de publicidad. Está de novio y con planes de casamiento con una rubia despampanante. Sigue siendo un tipo sensible y divertido, que se hace pasar por gay por una cuestión de marketing. Y otra cosa que sé es que yo me lo perdí. (Mi mamá siempre me lo recuerda).

La historia de Tomás es más triste. Tomás estuvo a punto de casarse con Leti, pero a último momento la dejó. Empezó a salir con distintas chicas. Y poco a poco fue cayendo en una profunda depresión. Bajó diez kilos, le creció la barba, se enfermó de neumonía hace dos años, y estuvo con riesgo de muerte. Realmente estuvo mal. Hasta que entendió que lo que tenía que hacer era decirle la verdad a su mamá, y así lo hizo: me gustan los hombres, confesó. Y de ahí en más volvió a ser otra vez el feliz retrato de Apolo.

De conocerlo a Diego, el impostor, aprendí que se debe tener cuidado con los Diegos que se acercan mucho y tocan de más.

Mi aprendizaje con Tomás, el reprimido, fue el que más me sirvió para la vida.
Todos tomen nota. Anoten esta teoría:


Si baila demasiado bien es gay.

Ponele la firma.

lunes, 11 de agosto de 2008

El que te dice te amo en la primera cita

o la teoría de los estrategas y los sinceros
bla bla bla


Hay dos clases de pibes que te dicen te amo con facilidad.

Están los Estrategas y los Sinceros.

El Estratega y el Sincero son amigos. Y el Estratega le vive dando concejos al Sincero para que sea más estratega pero el Sincero no puede. Es así. Sincero.

El Estratega tiene un master en frases que hacen a una mujer suspirar. El Sincero es el que suspira con las frases que dice una mujer.

Los Estrategas vieron que en las películas justo en la parte del te amo aparece la música y saben muy bien que vos creciste mirando esas pelutodeces. Entonces lo tergiversa. Te dice te amo como si fuera algo cotidiano, como algo a lo que no tiene que darle demasiada importancia. Ejem: “¿Me pasás el azúcar? Qué lindos que son tus zapatos. Te amo por tus zapatos”. Y entonces vos, pobre víctima inocente de hollywood, te quedás suspirando. Pensás dulcemente en ese casi te amo. Te imaginás un viaje a Brasil y soñás con la casi música que nunca sonó.

Los Sinceros, en cambio, quieren hacerse los superados pero se entregan con facilidad. Te dicen te amo con naturalidad porque en medio de un beso les salió, así, desde adentro. Después se retractan pero es tarde. Vos ya te diste cuenta que fue verdad e inmediatamente, él, que hasta ese momento te parecía interesante, ya no te gusta tanto. Ejem.: “Te queda tan lindo esa remera. Te amo… por tu remera. Es divina.”

Y vos, que en el fondo sos una bruja, pensás: “¿Está tan desesperado como para decir te amo en una primera cita?” Y no vas a responder a los llamados del Sincero. Y el pobre Sincero recurrirá desesperado al Estratega para recibir consejos de como tratar mal a una mujer, y así, conquistarla.

No sé por qué las mujeres distinguimos con tanta facilidad a los Sinceros de los Estrategas pero aún así no nos enamoramos de los Sinceros, por fáciles. Pero sí nos imaginamos una luna de miel romántica donde el Estratega se vuelve Sincero. Y en medio de un rapto de amor, con música de fondo, te dice te amo con la voz quebrada y esta vez de verdad.

jueves, 7 de agosto de 2008

EL HEROE

Paula hoy tiene ganas de hablar bien.
bla bla bla


A los 14 años recien cumplidos fui a un campamento a las afueras de Buenos Aires. En la traffic conocí al coordinador, Juan.
Juan era un morocho de ojos verdes de 17 años. No nos llevábamos mucho pero a esa edad pensábamos que sí. Él manejaba mi grupo que estaba compuesto por: Anita, de 13, Lau, de 11, y estaba Sebastián, de 14, y también dos hermanos, que eran vecinos míos y que durante el año me hacían la vida imposible, sobretodo desde que una vez me tiraron con una bombita y yo me puse a llorar. Los tres me vivían peleando. No es por agrandada, pero ahora con los años, me doy cuenta que los tres gustaban de mí. No era tan raro sino solamente que era la única con tetas del grupito. Y por supuesto, a mí me gustaba Juan, pero pensaba que nunca jamás me iba a dar bola.
El nos llevaba a paseos y yo no perdía oportunidad para hablarle del tiempo. Cuando me metía al río lo miraba. Y a veces sentía su mirada clavándose.
Los otros chicos, Sebastián y los dos hermanos, me peleaban cada día más. Una vez pasé por al lado de ellos y me pegaron con una rama. Yo, para repetir la historia, me puse a llorar, y, para variar, amenacé a mis vecinos con que cuando volvierámos le iba a contar a mi mamá. Pero ahí apareció Juan. Los puso en su lugar y yo me fui, felíz, con mis amigas. Al otro día fue el paseo en caballo.
No sé montar y ellos, mierda, siempre lo intuyen. No hago más que subirme en su lomo para que empiecen a hacer lo que quieren. El caballo, que estaba acostumbrado a hacer el mismo recorrido un millón de veces, esta vez decidió hacerlo rápido. Y empezó a galopar, conmigo arriba tratando de sostenerme como podía. Cuando frenó violentamente, yo caí. Juan se asustó y corrió hacia mí. Me preguntó cómo estaba y me ofreció su mano para levantarme. Yo le contesté que bien pero no me incorporé del suelo por el susto y la vergüenza. Mientras tanto, Sebastián y los dos hermanos se burlaban de mí. Y ahí estaba yo, tirada en el pasto casi ridículamente, Y ahí estaba Juan, que me corrió el pelo de la cara y me besó, delante de todos. Y es así como de un momento ridículo pasamos a un momento romántico.

Fue hermoso.

Sebastián y los dos hermanos no me volvieron a pelear. Por supuesto.

Siempre pienso que ese tendría que haber sido mi primer beso. Así, bien de película. Pero nunca supe esperar.

martes, 5 de agosto de 2008

EL QUE TIENE NOVIA

Tipología elemental de los hombres con novia.
bla bla bla

Hay 6 clases elementales de hombres con novia:

1) El que tiene novia y te lo dice: Se acerca, tantea el terreno, es divertido, tiene una mirada inocente y una sonrisa compradora. Te dijo hola y te preguntó tu estado civil. Contestaste cómo estás y te lo aclaró. "Yo tengo novia", te dijo. Tu respuesta no le importaba.Esta clase de hombre se cree mejor que el resto de los otros hombres, porque no te engañan con cuentos inverosímiles ni te inventa excusas improvisadas. Te plantea las reglas del juego y entonces vos decidís si jugar o no. Si decís que sí caíste en sus garras. Sos presa de su estrategia y jamás podrás esbozar siquiera un reproche. Aunque te deje plantada, no te llame en tu cumpleaños, te mande mensajitos de textos equivocados, o peor, diga un nombre que no es el tuyo en la cama, inmediatamente te va a decir "yo te aclaré" y vos te vas a contestar "Es cierto". Es de los que juegan sucio y no cualquier mujer está preparada para una lucha mano a mano con él.

2) El que tiene una mano en tu escote y otra en tu entrepierna. Te sostiene sobre un mueble con fuerza, mientras su lengua te llega a la garganta, pero entonces, sucede algo imprevisto. Se acuerda. De golpe se aparta y te dice: "No puedo hacer nada. Tengo novia". Yo llamo a esta categoría El culposo o El olvidadizo. Aunque también podríamos llamarlo el bombón que me hizo perder mi tiempo ese sábado.

3)El que engaña por amor. Su novia, Fulanita, es una chica hermosa, y están de novios hace ocho años. Fulanita no lo deja en paz ni un segundo. Ella va a comprarse tampones a la farmacia con él al lado. Por su parte, él, juega al fútbol los martes con los amigos, pero la lleva, y ella lo alienta desde la tribuna. Su único delíz es visual. De vez en cuando mira a una chica que pasa o se hace una paja con una modelo de una revista. Finalmente, le pasa algo que no espera. Otra mujer le roba la atención justo cuando Fulanita se fue a comprarse tampones a la farmacia sola. El cede a la tentación y decide conocerla. Se ven otro día. El se enamora. Engaña a la novia de toda la vida y finalmente, con dolor, la deja. Le va a decir que la quiere mucho pero que quiere estar solo. A los meses blanqueará su relación con la otra que dejará de ser la otra, por supuesto. Ella será su próxima novia por los próximos cuatro años hasta que otra otra se aparezca y capte su atención, y ella de golpe se convierta en Fulanita.

4)El que te lo niega a muerte. Acá explico su razonamiento: "Justo ayer viernes discutí con mi novia. Entonces hoy sábado, soy soltero. Y si me va bien hoy sábado, mañana también domingo, soy soltero. Eso sí. Hasta el lunes, que vuelvo a llamar a mi novia para pedirle perdón".

5)El que te miente. Te dice que tuvo que irse de urgencia a katmandú para salvar la vida de un rinoceronte. O que tuvo que volar a Irak porque es voluntario de una ONG y que por eso sólo puede verse los jueves un rato. Ese día, esas horas, te hace sentir una reina. Sos la mujer más hermosa de todas. Ese telo andrajoso te parece un palacio. Vos no sos tonta. Te das cuenta que te miente, pero sus halagos son tan imaginativos como sus mentiras. Y tiene ese sentido del humor que te encanta.

6)El Fiel: Todos mis ex novios. Que nadie se atreva a discutirmelo.

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